jueves, 19 de mayo de 2011

Secreto para dormir bien

Uno de los hábitos más importantes para la salud es dormir bien.

Constituye, una de las bases para estar sano, rendir en el trabajo, sentirse bien, e incluso para tener ganas y estar al 100% en el día a día. Cada vez que tenemos un problema de cualquier tipo, que algo nos preocupa o nos inquieta, se refleja en nuestro sueño.

Y es que en cuestión de sueño no importa tanto la cantidad como la calidad de las horas de descanso: se pueden dormir doce horas y descansar tan poco como si hubiéramos dormido una.

Para un sueño de calidad es fundamental contar, lo primero, con una buena cama y una buena almohada. Haz caso a esos anuncios que dicen que si tu colchón tiene más de diez años no tienes colchón: para descansar bien, sobre todo la espalda, que es el pilar fundamental del cuerpo, es imprescindible hacerlo sobre una buena superficie, estable y confortable. Prueba, si no, a dormir en el suelo o en una esterilla: en una acampada con amigos puedes hacerlo un fin de semana, pero el descanso no es ni parecido.

Si te notas cansada, alicaída o con poca energía, es muy posible que no estés durmiendo bien (y más ahora, cuando las temperaturas empiezan a subir y a menudo no se puede descansar en condiciones). Así que toma nota de estos sencillos consejos, que pueden ayudarte a dormir mejor.

Si te cuesta conciliar el sueño, evita utilizar el dormitorio y la cama para leer, hablar por teléfono, etc., en el tiempo previo a acostarte. Es una forma de “enseñar” al cuerpo que la cama es para dormir.

No tomes por la noche bebidas excitantes como refrescos de cola, café, té o bebidas energéticas. Para favorecer el descanso te puede sentar bien una infusión relajante antes de dormir: prueba con tila, caléndula o valeriana.

Si fumas, evita hacerlo en la cama o antes de dormir, ya que la nicotina es excitante.

Practica deporte, e intenta no dormir la siesta.

Si hay veces en que te cuesta dormir y te agobia aún más pensar cuánto falta para que tengas que despertarte, quita de tu vista los relojes o despertadores: ver pasar los minutos favorece el nerviosismo.

Si te estás quedando dormida en el sofá, oblígate a ir a la cama y aprovecha ese momento de sueño.

Intenta mantener un horario de sueño regular durante toda la semana: ¿no has oído la expresión “tener el sueño cambiado”? Esto es muy frecuente los fines de semana, cuando salimos y alteramos el ritmo normal de descanso.

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